En muchas ocasiones se habla de los besos como el mejor antidepresivo natural ya que mejora el estado de ánimo y disminuye el dolor. Sin embargo, sus propiedades van más allá y afectan de una forma muy positiva a nuestra salud bucodental.
Cuando damos un beso se genera un flujo de saliva que activa las glándulas salivales y aporta beneficios a nuestros labios, nuestros dientes y a nuestra masticación. La saliva ayuda a eliminar las bacterias y contribuye a retirar los alimentos que se acumulan en los dientes y en los espacios interdentales.
Además, es capaz de neutralizar los ácidos bucales que causan la erosión de los dientes y nos aporta proteínas, electrolitos, agua y sales minerales, o lo que es lo mismo, el enjuague bucal perfecto.
De igual forma, el intercambio de fluidos que se produce durante un beso estimula a nuestro organismo a crear nuevos anticuerpos contra las bacterias externas, que son las principales responsables de los problemas dentales.
Finalmente, los besos tienen el poder de liberar endorfinas y dilatar los vasos sanguíneos. Actúan como una especie de morfina natural y son muy efectivos para combatir el dolor dental como el molesto dolor de muelas.
No olvides dar un beso cada día pero recuerda que, a pesar de todos los beneficios que aporta a nuestra boca, nunca serán comparables con los que no da el cepillado, el hilo dental y el enjuague bucal. Visita nuestra clínica dental y te asesoraremos sobre los mejores cuidados para tu salud oral.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Leer más