Hoy, día 1 de diciembre, se celebra el Día Mundial del Sida, una enfermedad que afectó durante el año 2016 a cerca de 37 millones de personas en el mundo.
El VIH o Virus de la Inmunodeficiencia Humana es un retrovirus que ataca al sistema inmunitario de la persona infectada. Es decir, daña la defensa natural de nuestro cuerpo frente a los microorganismos infecciosos.
Una persona puede estar infectada por el VIH pero no desarrollar ninguna enfermedad. Por el contrario, otras muchas pueden desarrollar lo que conocemos por Sida (Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida), que es la etapa más grave y que aparece cuando la inmunodeficiencia provocada por el VIH es muy acusada y nuestro sistema es incapaz de defendernos.
A pesar de que existen diversas formas de detectarlos, la boca es una de las principales delatoras.
Nuestra boca puede ser la primera parte del cuerpo que resulte afectada cuando hay una infección por VIH. Problemas dentales como encías que sangran, herpes bucales e infecciones como la candidiasis son a menudo los primeros signos de la enfermedad. De hecho, se calcula que el 90% de los pacientes con infección VIH desarrollará una manifestación bucal durante la enfermedad.
Cualquier persona puede desarrollar estos problemas de salud oral y, sin embargo, no estar infectada. Por eso, ante cualquier síntoma, es necesario consultar siempre con el especialista para que determine las causas y la forma de actuar.
Las personas que tienen VIH tienen mayor riesgo frente a la aparición de cualquier problema bucal.
La ausencia de defensas en nuestro organismo, como consecuencia del virus, multiplica la acción de las infecciones. Por este motivo, una simple llaga o una herida se pueden convertir en algo mucho más grave, que va desde la gingivitis y la periodontitis hasta la caída de dientes.
Una de las afecciones más comunes que sufren los afectados es la sequedad en la boca, provocada principalmente por los medicamentos que toman. Los retrovirales disminuyen la salivación y esto, a su vez, hace que los dientes estén menos protegidos frente a las caries.
Por otro lado, también hay mayor probabilidad de que aparezcan aftas o herpes en el interior y en los alrededores de la boca. En ambos casos, se debe consultar al doctor para que administre un tratamiento que reduzca el dolor y facilite la realización de otras acciones como masticar y tragar.
La candidiasis es una infección micótica que también suele aparecer con frecuencia. Lo normal es que aparezca en forma de parches blancos en la lengua o en el paladar, pero también puede aparecer en forma de protuberancias en las comisuras de los labios.
Asimismo, la leucoplasia pilosa es otro de los indicadores del VIH y se presenta como parches blancos y gruesos en la lengua y en el tejido que recubre la boca.
Si sufres cualquiera de estos problemas, consulta en nuestra clínica dental sobre cuáles son los mejores tratamientos para ti.
Además, te recordamos que la mejor forma de prevenir futuras complicaciones es a través de una higiene diaria y mediante visitas periódicas al dentista.
A pesar de que no hay una cura definitiva, existen diversos tratamientos que te reducirán las dolencias provocadas para que puedas continuar tu rutina diaria y recuperar tu calidad de vida.
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