Mantener una buena salud de tus dientes y encías es muy importante, no solo para tener una boca sana y sin caries, sino que ayuda a prevenir enfermedades. Varios estudios médicos señalan que quienes practican una correcta limpieza bucal a diario tienen menos posibilidades de padecer enfermedades cardíacas o incluso ayuda a controlar la diabetes.
La higiene buco-dental es el método de limpieza de la parte interna de tu boca (dientes, encías y lengua). Por medio del cepillado, el uso de hilo dental y el enjuague, ayudamos a disminuir la formación de placa bacteriana responsable de la caries dental y del mal olor. Además, reduce la aparición de manchas y contribuye a blanquear tus dientes.
Para mantener tu boca sana lo primero que tenemos que hacer es elegir un buen cepillo. Éste debe tener unas cerdas de dureza media o blanda, para así evitar que dañen tu esmalte. Cámbialo cada tres meses o cuando notes que las cerdas de los costados empiezan a abrirse. Un mal cepillo puede lastimar tus encías.
El cepillo eléctrico, usado correctamente, tiene la misma eficacia que el cepillo manual. Son útiles en personas con dificultades motrices o en niños pequeños.
1.- Cepíllate ambas caras. Tenemos que limpiar también la cara interna de tus dientes. Cuando lo hagas, procura que tu cepillo esté inclinado a 45º, hazlo de arriba hacia abajo y luego en forma circular. Los movimientos deben ser suaves pero firmes.
En la zona de masticación (la parte superior de las piezas dentales) el cepillado se debe realizar en sentido horizontal y con movimientos cortos de atrás a delante.
Este proceso debe durar al menos tres minutos.
2.- Cepilla muy bien tu lengua de atrás para adelante. Puedes agregar un poco de pasta de dientes sobre el cepillo para hacerlo. Cepillar la lengua ayuda a prevenir la placa bacteriana que es la causante del mal aliento. Algunos cepillo tienen incluso cerdas o material específico para usarse sobre esta zona.
3.- Utiliza hilo dental. Este paso es importantísimo ya que el cepillo no siempre llega a limpiar las juntas de los dientes. Sé minucioso, una limpieza bucal superficial no es suficiente. Procura doblar el hilo entre cada diente formando la U y deslízalo de acuerdo a la forma de tus encías de arriba hacia abajo para remover la placa formada.
4.- Enjuágate haciendo buches. Puedes usar agua del grifo o algún enjuague bucal de tu preferencia.
Cepilla tus dientes después de cada comida o, al menos, tres veces al día. Recuerda que las infecciones bucales también se contagian. Tu cepillo es personal, evita compartirlo. Después de cada cepillado, enjuaga tu cepillo con agua del grifo. Recuerda consultar a tu dentista cada 6 meses.
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